Restaurante Botánico

Año proyecto

2019

Tipo proyecto

Hostelería
Obra nueva
Reforma

Superficie

249 m2

Ubicación

Novelda

Colaboradores

Gloria Berenguer Antón, arquitecta
IDEEE, cálculo de estructuras
Joaquín Mira Martínez, arquitecto técnico
EDIRA ingeniería, instalaciones
David Frutos, fotografía

Partimos de un encargo un tanto singular, ya que el restaurante que se diseña en planta baja debe formar parte de dos parcelas distintas.

Por un lado se propone realizar una reforma integral del local existente bajo un edificio residencial y por otro, se demuele una construcción en la parcela contigua para ejecutar la obra nueva que formará parte de la mitad del local en planta baja y creará una terraza en planta primera con una nueva fachada hacia la plaza.

El emplazamiento es inmejorable, justo en frente de un parque/plaza «La Glorieta», en nuestra ciudad, Novelda.

La parte central del restaurante forma parte de la estructura medianera del edificio de viviendas con el solar una vez demolida la construcción existente que había en él. Rápidamente entendimos que era esencial que el proyecto se enfocara en formar parte de esta línea de pilares que dividían las dos parcelas y tomamos estos pilares como una oportunidad para generar el foco y el centro del restaurante alrededor de ellos.

Se propuso una barra circular que abrazaba uno de los dos pilares, creando una amplia zona de barra donde por un lado dominar por parte de los camareros y jefe de sala todo el restaurante y por otro generar un cruce de miradas y conversaciones entre los comensales, donde se exhibiría el producto fresco del día.

El siguiente pilar fue transformado en un gran árbol que domina toda la sala, un árbol de luz, e instalaciones, donde poder decorarlo según eventos y proporcionar una luz ambiental y calidez al ambiente. A través de él bajan los conductos vistos de climatización y lámparas decorativas.

La fachada fue otro punto fuerte de diseño en el proyecto, donde en este caso se utilizó piedra Bateig para conformar a base de lajas de piedra desbastadas en sus cantos, una composición de líneas verticales que dejan entrever sin ser vistos tanto el interior como el exterior. Estas lamas están colocadas de tal forma que no permiten ver sus anclajes a la estructura principal, creando así una fachada a nuestro criterio, limpia, monumental y atractiva. Esta fachada se rompe en su parte inferior con una entrada iluminada a base de tiras de led que cierran y conforman el diseño final, tratando de crear un efecto llamada al público y acceder al local, aunque sea por mera curiosidad.

Finalmente, a través de una escalera amplia metálica, se accede al espacio de la terraza, donde se puede disfrutar del restaurante al aire libre, en un espacio íntimo pero exterior, donde poder observar sin ser observados hacia la plaza.

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