UNA ARQUITECTURA FLEXIBLE PARA LA VIDA PÚBLICA
Las actividades que tienen lugar en la plaza de Idiazabal son muy variables y cambiantes a lo largo del año, al igual que el clima de la zona.
Eventos populares, festejos, reuniones, gastronomía, cultura, tradición, manifestaciones ciudadanas, y el trasiego cotidiano en el corazón del pueblo. Todo esto sucede en un espacio relativamente reducido pero de gran significación.
Un lugar que debe ser un “escenario” para la representación de la vida pública en toda su dimensión; para la convivencia de la tradición y la contemporaneidad.
La variedad y riqueza de estos eventos, junto a las características climatológicas de la zona, plantean un reto arquitectónico interesante; el proyecto ha de funcionar como un dispositivo adaptable, que permita de manera rápida y sencilla configurar el espacio para dar cabida a cada actividad en las mejores condiciones posibles. Es más, una arquitectura flexible, si verdaderamente lo es, debería favorecer la aparición de actividades inéditas. Así lo creemos nosotros y desde esta premisa hemos planteado la propuesta.
PÉRGOLA TRANSFORMABLE: SIMBOLISMO Y FUNCIONALIDAD
Proponemos una estructura aérea metálica, muy ligera. El diseño de la estructura aérea está basada en una geometría hexagonal, se trata de un sistema “orgánico” que nos permite hacer crecer la pérgola casi como si de un organismo vivo se tratara sobre aquellos espacios y recorridos que nos interesa enfatizar; el acceso desde el nuevo ayuntamiento, el tránsito hacia el Txomenaneko Parkea o el escenario existente para el cuál proponemos una nueva cubierta en consonancia con el diseño de la propuesta.
La estructura metálica propuesta dibuja hexágonos irregulares en el aire, y según su posición con respecto a la plaza reciben una de estas tres categorías de acabado:
1. Cobertura impermeable mediante cojines inflables de ETFE. Estos cojines se conforman con dos capas de plástico resistente y durable; entre las capas se genera una cámara de aire por la inyección de gas inerte a presión. El desplazamiento espacial de una lámina con respecto a la otra, junto con la técnica de serigrafía, crea interesantes y cambiantes efectos tridimensionales al paso de la luz solar. El grafismo propuesto para la serigrafía, una abstracción de la ikurriña, dibuja difusas sombras de color que se deslizan sobre el pavimento con el paso del día y bañan el espacio con los colores propios del territorio.
2. Semi-sombra mediante tejido discontinuo. En las partes de la pérgola que marcan los accesos al ayuntamiento y al parque, así como en la parte más próxima a la casa de cultura proponemos una zona en semi-sombra que aporta otra textura complementaria al ETFE.
3. Áreas vacías. En la zona central de la plaza proponemos dejar un área descubierta que permite una visión enmarcada del cielo. Estas áreas, sin embargo, disponen de cobertura móvil mediante una lámina simple de PVC que queda escamoteada en las vigas cuando no se utiliza.
La interrelación de estos tres acabados genera un ambiente en el que predomina la transparencia; una atmósfera etérea, sedosa, en el que las suaves y coloridas sombras proyectadas en el pavimento dibujan los límites de la plaza. Este ambiente difuso contrasta intencionadamente con la geometría angulosa de la estructura metálica y las líneas definidas de los soportes de piedra.
La propuesta evita establecer competencia con el entorno existente adoptando un lenguaje formal propio, contemporáneo, que huye de la emulación directa del contexto de la plaza. Creemos firmemente que una arquitectura apropiada ha de reflejar el espíritu y la tecnología de la época en la que se construye, desde el respeto hacia la tradición.